jueves, 23 de agosto de 2012


Coloso


El ojo del coloso rojo y destellante como un rubí se asoma entre la rendija que deja el algodón gris del cielo y el gran manto azul que acobija a la cálida tierra que tierna te recibe con los brazos abiertos al nacer, será tan grande la gran hermosura del firmamento que con un simple suspiro te pude sacar la mas mínima de las sonrisas, pero qué más da si el coloso tiene sueño y esta cansad
o pues el mar refleja el esplendor de su grandeza pero rojo e impotente se duerme entre el terciopelo...



La vida sigue me dicen, ese coloso siempre regresa por aquí, siempre despierta por el Oriente, te seduce con su dulzura y su acervo cautivante que acalora hasta el más mínimo de tus sentidos, ¿Y si el coloso no regresara? Que se apague la vida que tanto trabajo se ha empeñado a cuidar, que las rosa que tanto presumen su grandeza coloreada mueran de frío, que los animales que mantienen el suelo vivo mueran con la sabiduría milenaria que contienen, que el cielo aterciopelado azul ennegrezca y no muertes mas ese manto hermoso, que el mar que refleja el manto muera en la negrura para no resplandecer nunca mas...



No, no y no, no quiero que el coloso muera, mejor que el coloso duerma y el coloso despierte, que el coloso mejor me arrulle entre sus brazos destellantes para vivir más, que los ojos rojos que muestra en el Oriente que simulan el cansancio de la noche siempre despierten al surgir el azul aterciopelado, que las estrellas sean las indicadas de despertarlo y besarle cada vez que despierte...



Esas estrellas que lo besan y simulan ser luciérnagas de plata siempre brillen pues ellas son las hermanas del coloso que siempre brillan todas las noches pues ellas son testigos del gran trabajo del grande forte, la esposa que siempre aparece cada mes resplandeciente y plateada como moneda recién pulida siempre le dé el amor que se merece pues ambos son eternos en la gloria día y noche, noche y día, danzan en el manto el baile del eterno amor que ambos como tal disfrutan con certeza e ilusión...



Por ahora coloso duerme, duerme, duerme, duerme que caiga el manto oscuro y te cobije, mañana será un largo día y debes trabajar, Buenas noches...



miércoles, 15 de agosto de 2012


Miradas


Son las 9 de la noche y espero en una esquina oscura, el cielo pinta un gris tenue amenazando con algunas gotas apenas simulaban una fría brisa, el viento resoplaba al compas de la brisa que caía del cielo mojando mi pequeña maleta y mi cabello descubierto, esperaba con ansias que apareciese mi autobús al fondo de la avenida para que este a su vez me llevara a mi destino, eran tantos los autobuses que pasaban pero siempre tienes que agarrar uno en particular el cual sigue una ruta especifica, habiendo muchos autobuses en la ciudad sería de esperar a que pasara el autobús correcto que me llevara cerca de la zona que quiero ir.

Ya han pasado 15 minutos y pareciera que a lo lejos se aproxima el autobús, al acercarse a mi le hice una seña para que el autobús se orillara hacia la banqueta quedando la puerta de este mismo frente a mí, se abrió la puerta del carro y subí por las escaleras del mismo hasta llegar al conductor, le di las monedas para pagar mi derecho de viajero y al voltear hacia el fondo del carro para buscar alguna asiento vacío note un par de ojos que se alzaban sobre el respaldo de un asiento, al ver su negro intenso camine hipnotizado hasta sentarme atrás de esos dos ojos negros.

Así transcurrió el viaje por la ruta que el autobús seguía, mí mirada no cedía ante aquellos ojos negros que me miraban fijamente y de igual forma le miraba.

 ¿De dónde será?...

¿Cuál será su nombre?...

¿Por qué no me atrevo a dirigirle la palabra?…

¿Qué hermosos ojos tiene?...

Las preguntas invadían mi mente una y otra vez y los latidos del corazón en vez de cederlo su ritmo al tiempo aceleraban más y cada vez más el reloj, los kilómetros se convierten en metros y no quiero que este viaje termine, mi sonrisa es una sola al juntarse con su sonrisa, nuestros ojos coquetean como dos enamorados que se conocieran desde hace años, pero ninguno de los dos se atreve a dirigir la palabra, se torna difícil al compartir una sola mirada y los labios que no dicen anda se quedan plasmados en un solo dibujo inmóvil.

¿Qué edad tendrás?...

¿Dónde vivirás?...

¿Tengo tantas ganas de besar tus labios?...

Me encanta tu sonrisa…

A la misma sincronía de tiempo entre mirada y mirada una señora se acerco hacia el asiento  vacío que estaba a un lado de aquellos ojos y con una voz le dijo puedo ocupar este lugar, simplemente se escucho un…

-claro puede tomar el lugar…

¿Qué voz?...

Volteo el rostro ya que se le dificultaba voltear a ver, tratando de buscar un pretexto y el indicado fue cederle el asiento a una dama que estaba parada, al hacer eso me pare y me tome del tubo transversal quedando frente a esos ojos, no me había percatado del lugar donde estaba faltaban solo unas cuadras para que llegara a mi destino, solo me invadió una tristeza profunda jamás volveré a ver esos ojos desconocidos, puedo ser impertinente y preguntarle su nombre, pero igual no conozco a esa persona, será mejor que me olvide pues simplemente fue una persona más en esta inmensa ciudad, se acerco el momento de mi partida, me di la vuelta y toque el timbre de parada, al bajarme sentí una tristeza inmensa, al bajar completamente a la banqueta me di la media vuelta y vi hacia la puerta y ahí estaban esos grandes ojos negros observándome con gran tristeza, pues mi reacción no fue otra más que decirle adiós con mi manos al ver como el autobús aceleraba y se alejaba en la penumbra.

Que mas da esa historia de un solo instante no ocurrirá de nuevo, esos ojos será mejor que los olvide pues lo más seguro que los vea de nuevo, estas historias pasan ¿no crees?

Al día siguiente seguir la misma rutina, estar en la parada, esperar el autobús hasta que estuviera cerca, hacer la parada, y luego subir al autobús suena como una gran costumbre que no es más que una vil rutina, ¿Qué más da?  Aquella historia de ayer jamás de repetirá, pero esta vez al subir al autobús  al mirar al fondo del autobús para buscar un asiento en el mismo lugar que ayer te puedo jurar que la historia se repitió nuevamente, que tengas un excelente día…




Escrito por: Rene Octavio Castro Patraca


lunes, 23 de julio de 2012


Las sombras y el dolor.


¿Puedes ver los ojos? Esos ojos de una dama que llora, sus lagrimas corren por sus mejillas dibujando un camino hacia su barbilla, sus mejillas entre rosadas y rojas dan paso a las lagrimas que bajan sobre la piel aterciopelada, los ojos azules de la dama dan un tono grisáceo al verse acobijados por el llanto, a su vez hinchados y rojos provocan una sombra bajo de ellos por el cansancio, la dama de 25 años arrodillada ante una caja de un metro por 45 centímetros color blanco y apenas un grabado de una cruz plateada, ella lloraba sin que algo la consolara, apenas podía descansar su cabeza sobre los brazos de su amado que al igual que ella compartía el mismo dolor.

¿Cuál es tu consuelo ante semejante dolor?

No se compara con ningún otro dolor, ¿una raspadura?, eso es insignificante, pregúntaselo a una madre ¿Qué más puede hacer en esa circunstancia?, si logra estar consciente de lo sucedido es más que suficiente  para no volverse loca, ¿un corazón roto por un amor?, multiplica ese dolor por el número de horas que has vivido y aun sigue siendo corto el tiempo y el dolo, en este cuarto es todo lo que puedo soportar, puedo caminar por los pasillos hasta encontrar un cuarto mas, seguramente la historia será diferente a la pasada…

Un señor sentado en un silla que dibuja una luz tenue sobre su rostro jugando con sus facciones la sombra de la que es poseedor al nacer, de bajo de esos lentes de armazón dorada, se dibuja una mirada triste que al observar el rostro de su amada durmiente siendo caballero no suelta ni un lagrima, solo la observa dormir como seguramente en muchos ayeres lo hizo desde su juventud hasta su vejez, sus 90 años en vez de tratar de consolarse y a pesar de la tristeza en sus ojos la observa con una sonrisa como si quisiera dormir a su lado, quizás el quiera ir pronto con ella pero su tiempo aun no llega.

¿Por qué si a pesar de su dolor no llora?

Ella lleva el anillo de la unión y el compromiso, que al pasar de los años nunca abandono ese dedo, y sin más premura ella lo guarda celosamente en su mano derecha, pues celosa de ese anillo dormirá con él hasta que su amado este junto a ella, ¿qué más da si el dolor se convierte en una simple esperanza? De igual forma no deja de ser dolor, no importa que él no llore, seguramente y sin duda alguna los de su alrededor si lo hacen, es triste ver este cuadro pero me deja cierta satisfacción  seguramente ella hubiera hecho lo mismo, de igual forma debo salir de esta habitación, debo continuar por los pasillos…

Un niño de 7 observa sentado  en un rincón, sin saber mucho de lo que pasa, ¿tendrá sospechas? ¿Se preguntara que es lo que está en esa caja? ¿Por qué todos lloran? Este pequeño simplemente no piensa nada, pero se pregunta esas interrogantes, un niño que a su edad la curiosidad los mata, una dama morena y derrotada, camina al lado de aquel pequeño niño, le dijo unas cuantas palabras y lo tomo en sus brazos, es muy delgado el pequeño pero se nota un sonrisa en su rostro, sin duda su madre lo lleva a otro lado, la madre en vez de sacarlo de la habitación se acerco a esa caja el niño al asomarse sigilosamente y observar que era lo que había en la caja volteo su rostro temeroso tratando de esconderse en los hombros de su madre.

¿Este niño entenderá que es el dolor?

La madre le dijo unas cuantas palabras y el pequeño niño al fin logro sacar unas lagrimas de sus pequeños ojos, mi confusión es tanta que no logro saber que le dijo su madre, pero el niño toco el cristal mientras su lagrimas que recorrían su mejilla caían sobre su mano y sobre el cristal, el niño al fin logro decir una palabras que a mi escaso oído no pude escuchar, la madre temblorosa y con lagrimas que brotaban aun mas por las palabras del niño lo bajo y sin pensarlo dos veces se alejo de la caja, el niño corrió con lagrimas en sus ojos y se poso sobre aquel rincón donde había estado a mirar y llorar una vez más, lo siento no puedo ver más, ese cuadro al fin me ha sacado unas lagrimas, es mejor salir de esta habitación  y seguir por los pasillos de este lugar…

El fin entre en el último cuarto de este pasillo, las luces estas apagadas, solos dos personas están en el sentados con la cabeza agachada, es tenebroso y sombrío, sin duda estas dos personas simulan ser parejas puesto que están abrazados  es un hombre y una mujer,  los rostros son inalcanzables a mi vista pero sin duda están llorando, este féretro es simple pues se ve que el dinero es insuficiente para comprar algo mejor, da tristeza ver la poca gente y la pobreza con la que cuentan, apenas alcanzo a ver unas personas sentadas en lugares dispersos que algunas lloran pero otras se mantienen serias.

¿Es muy triste que tipo de dolor es este?

La audiencia en la habitación es mínima, que habrá hecho esta persona para esta habitación, sin pensarlo dos veces, trate de acercarme a oír lo que las demás personas decían.

-          Pobre no aguanto mas
-          Se suicido espero este en un mejor lugar
-          La vida te cobra las facturas algún día, no fue buena persona
-          Abandono a sus padres y este es su pago
-          Yo lo amaba nunca se fijo en mí, me dijo que era una cualquiera…

No pude resistir mas esas palabras y con pasos apresurados me dirigí al féretro que yacía enfrente de mí, al observar a través del espejo quede perplejo de lo que vi, ahora no recuerdo mi vida ni lo que fui, pero les aseguro que el dolor y la pena que tengo no se compara con las que vi en aquellas habitaciones, nos vemos… 

Escrito por: Rene Octavio Castro Patraca

viernes, 20 de julio de 2012

VIDA



¡¡Vamos VIDA dame otra cachetada!! ... ¿Acaso no son suficientes las que ya me has dado?

¿Acaso no he caído ya en suficientes hoyos?, vamos VIDA ponme uno más enfrente... ¡¡saldré de ahí te lo aseguro!!

Dime VIDA ¿Acaso no son suficientes las piedras que has puesto para que me tropiece?... Vamos VIDA pon otra, sabré levantarme... ¡lo aseguro!

¿Crees que si me lastimas dejare de llorar?... ¡¡Vamos VIDA lastima me una vez más, hazme llorar como siempre lo haces!!...

¿Quieres recordarme mi pasado?... Vamos VIDA recuérdamelo cientos de veces... de ahí vengo y de ahí soy... por tu culpa eso soy...

Pero VIDA recuerda una cosa... así me tortures, me hagas llorar, me tires, me hundas, ¡¡YO NO TE DEJARE DE AMAR!!...

Y dime VIDA si acaso lo que dije no te es suficiente... torturarme, hazme llorar, tírame y húndeme cuantas veces quieras más...

¡Pero por favor VIDA MÍA no me dejes JAMAS!

Escrito por: Rene Octavio Castro Patraca

jueves, 19 de julio de 2012

Huellas


Lo cierto es que en la humanidad no existe un camino cierto, pero para que quieres un camino, ¿Acaso es necesario un camino?, ¿Será posible que el pasado sea incierto al igual que el futuro?, no lo sé, son preguntas que jamás podre responder, en el simple hecho de existir quedan plasmadas esas interrogantes que sin importar ser contestadas dan paso a más interrogantes creando así una interrogante aun mayor, ¿Para qué existo?

Caminar a la orilla del mar sin tener siquiera un rumbo fijo, sin tener control del aire que te resopla en la cara, las gaviotas también simulan al volar, simulan en el sentido de que pueden tener un rumbo fijo, al parecer simplemente dan vueltas en el cielo para después avanzar y seguir dando vueltas, nada tiene un rumbo fijo, ni los carros que al pasar por la avenida tan transitada tiene un rumbo fijo aunque el conductor los dirija, las pisadas que al dejar en la arena plasmadas se dibujan con tal sensatez que cada huella es diferente de la anterior, así mismo cada huella que he dejado en la arena es parte de un pasado incierto, mientras camino las huellas que al quedarse atrás se desvanecen con premura al seguir avanzando por la arena, ¡qué más da!, todas esas huellas son parte del pasado, pasado que al subir la marea borrara.

Esas huellas que antes mencione simulan mi pasado y quizás el pasado de muchos, que al intentar borrar lo que los lastima terminan no borrando las huellas sino echándole tierra encima, pero ellos no saben que esas huellas pueden terminar convertidas en fósiles y llevan el riesgo de ser descubiertas en un futuro incierto, seguir caminando por la arena no hace más que darle paso a una huella más que al mismo tiempo que mi pie le da permiso al otro pie deja esa huella en el pasado, no puedo regresar por que ni siquiera se a donde voy, mire varias veces atrás y observe el camino trazado pero aun así este dibujado nadie más lo seguirá, ¡Es mi camino!  Y ¡Orgulloso debo estar por ello! Aun así venga la marea y lo borre al menos se que habré hecho historia.

Norte, Sur, Este, Oeste, puntos cardinales ¿Acaso importan? No lo sé, solo sé que camino hacia donde, ¡NO IMPORTA! Seguí caminando por la playa observando el entorno que me rodeaba en aquella tarde, algunos bañistas ya salían de la playa pues la tarde le daba paso al crepúsculo seminocturno que sin prisa le daría permiso a la luna de conquistar a las estrellas, cansado de la fatiga que me había provocado la caminata incierta,  camine hacia un montículo de grandes piedras que se acobijaban en la tierra, con pasos cortos de mis pies desnudos llegue a ellas y en la mas cómoda me senté.

-          Hola ¿Quién eres?

Una voz un poco tierna y chillona penetro mis oídos, al voltear hacia la izquierda observe a un pequeño niño, blanco, sus cabellos parecían como a los cabellos de un elote,  sus ojos grande y verdes y lo que más lo caracterizaba era un sonrisa ingenua y tierna que se dibujaba en la mayor parte de su rostro.

-          Dime ¿Quién eres?
-          ¿Acaso importa mucho quien sea yo?
-          Me llamo David

Me dijo el pequeño niño tomando mi mano que posaba sobre mi pierna y estrechándola con su diminuta mano.

-          Mucho gusto David
-          Yo tengo 6 años ¿y tú?
-          Mi edad no es importante ahora David
-          ¿Y qué haces aquí?
-          Te diré la verdad David, ni yo mismo se que hago aquí
-          Tú eres muy raro y te veo triste, ¿Perdiste algo?
-          No sé ni lo que perdí
-          Yo soy un niño muy chiquito y no sé que haya pasado en tu vida, pero lo que tú sabes yo no lo sé, seamos amigos…
-          No hace falta que sepas lo que yo y si tienes mi amistad
-          Entonces somos amigos y ¿A dónde vas?
-          Lo cierto es que ni yo sé a dónde voy.

De pronto se escucho un grito en tono desesperado gritando el nombre de David, el niño al escuchar esa voz que sin duda le resulto familiar, volteo a verme…

-          Hay es mi mamá chin, se ve a enojar debo irme…
-          Bueno pequeño amigo, cuídate mucho.
-          Oye amigo sin sombre, no me importa que hagas aquí o que hayas perdido eres mi nuevo amigo, tampoco me importa quién seas tú, importa que seas para mí y si no sabes a dónde vas yo sí, voy con mi mamá, adiós amigo…

El niño corrió hacia los brazos de su mamá, quien lo cargo y camino en dirección hacia donde se habían plasmado mis huellas, hasta que desaparecieron en el horizonte, no se ustedes pero yo ya entendí todo, me presento me llamo David y tengo 47 años…

Autor: Rene Octavio Castro Patraca 17/07/2012